"Que ofrece varias prestaciones”; así se define polivalencia, y así es como definimos los nuevos espacios de trabajo.
Llegaron para quedarse los ecosistemas multifuncionales, donde los ambientes pueden adaptarse según las necesidades del momento. Bajo esta realidad, ¿tiene sentido destinar 200M2 a un auditorio que se utiliza 6 veces al año?
Zona de comedor de las oficinas de PedidosYa que se transforma en auditorio
La respuesta es ambigua: depende. Aún convivimos con el viejo paradigma donde todas las prestaciones que necesita la organización están dentro de su oficina. En el futuro cercano, vemos que la tendencia va a ser tercerizar estos espacios grandes y que tienen un uso específico, porque en definitiva cada m2 es valioso y termina siendo improductivo tener un espacio extenso con poco uso dentro de la oficina.
La otra opción es la polivalencia: diseñar un espacio que pueda tener varias funciones. Un auditorio divisible en salas de reunión, en un espacio para hacer clases de yoga y en salas de brainstorming. Cuando los espacios son adaptables a los usos reales que le dan las personas, entonces cada m2 se vuelve rentable.
Zona de cine con bibilioteca de "puffs" para adaptarse según necesidad en las oficinas de Quilmes.
Además, esto aporta la posibilidad de generar experiencias diversas en la diaria de la oficina: poder trabajar en un escritorio de trabajo tradicional o extenderse a una infinidad de posibilidades como trabajar en el café, en el living, tomar pausas en la sala de silencio, tener llamados insonorizados en los call-boxes y mucho más!
Entonces, si tenemos que responder si los espacios de un solo uso son obsoletos podemos decir que en un futuro próximo se irán destinando menos m2 a este tipo de ambientes, y se invertirá más espacio en aquellos ambientes donde hay un mayor rango de experiencias posibles.